

La Palabra de Dios, hecha historia, acomodó y condujo su mensaje por cauces de comunicación populares y plásticos; entre ellos, las parábolas: narraciones simbólicas, abajadas a la cultura de los sencillos y multitudes.
Jesús, la Palabra de Dios encarnada, se sintió a gusto con las parábolas. Y la gente también. El Maestro buscaba la cercanía expresiva, instructiva y hasta confidencial; mediante el contacto humano, inmediato, quería que sus mensajes, los de Dios, fueran comprendidos y asimilados.
R. Camozzi empatiza con Jesús por la palabra y nos acerca el hervor del mensaje evangélico, que dos mil años después sigue cautivando a infinidad de personas. Y es que las parábolas evangélicas no han perdido frescura ni interés; al contrario, describen situaciones y provocan interrogantes que afectan tanto a personas, como a instituciones.
Muchos se acercan a Jesús por la elocuencia y habilidad de sus parábolas: se comprenden mejor como personas y se unen más intensamente al misterio de Dios. Por ese motivo el autor aporta este libro, propiciando el acercamiento a las enseñanzas de Jesús en el marco de la "nueva evangelización".
Es evidente que un aspecto característico del Jesús histórico es la palabra, que en muchas ocasiones es parábola.
La Palabra de Dios, hecha historia, acomodó y condujo su mensaje por cauces de comunicación populares y plásticos; entre ellos, las parábolas: narraciones simbólicas, abajadas a la cultura de los sencillos y multitudes.